Sin duda alguna son pocos los países del mundo en donde un diputado, en este caso Víctor Hugo Víquez, puede disfrutar de un espectáculo público sin guardaespaldas.
Víctor sigue siendo el hombre común, el que no olvida el sabor del patty de Milton.
¡Viva nuestra democracia y libertad!
Muy bueno Edú, saludos.
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