Según el historiador Pompilio Segura: "El árbol de Copey, fue un símbolo para los heredianos que bajo su frondoso follaje, se entretenían en informal tertulia, comentando los resultados de los partidos de fútbol, la carestía de la vida, la situación política. Pero sus largas ramas comenzaron a invadir el campo del tendido eléctrico, amenazando con provocar peligro de incendios, por lo que peones de la Empresa de Servicios Públicos se vieron en la necesidad de realizarle podas constantes hasta que se secó."
Los niños y jóvenes de hoy no lo conocieron, pero ahora pueden admirar su sustituto, hijo del desaparecido, el cual con anuencia del Padre Calvo, sembró el Profesor Albino Villalobos.
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