[Edú, te envío un artículo muy refrescante para el blog]
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• Tenemos razones para enorgullecernos de nuestra producción cultural
ÁLVARO SALAS CHAVES
MÉDICO
Probablemente el sector cultura sea el más exitoso, en esta Costa Rica de la “cultura de la ‘platina’”. Resulta admirable que, en medio de las crisis financieras mundiales, sea el sector cultura el que continúa ofreciendo espectáculos, exposiciones, conciertos y festivales. Cada uno de estos eventos es de carácter multitudinario, porque desde hace muchos años nos tienen acostumbrados a sus éxitos.
En Costa Rica tenemos insertada la “cultura de la ‘platina’”, caracterizada por la imposibilidad de resolver adecuadamente un problema planteado, la incapacidad de hacer algo bien hecho, la negativa total a terminar aceptablemente bien cualquier obra arquitectónica, cualquier calle o carrera, contratado o realizado por nuestros funcionarios. Y no se diga construir bien un puente. Esa palabra está condenada a desaparecer de nuestro diccionario de costarriqueñismos.
Así tenemos un ‘platinón’ en la Asamblea Legislativa, una ‘platina’ en la Corte, una ‘platina’ en la Cancillería, una ‘platina’ en el MEP, una ‘platina’ en el MOPT. Pero lo extraordinario es que el sector cultura no tiene ‘platina’. Si no, veamos algunos logros recientes. Pensemos en este pequeño país, el éxito que significa llegar a la edición n.° 21 del Festival de Música Credomatic. Año a año, el festival nos trae los mejores solistas y grupos musicales del mundo.
Hace apenas dos meses se retiró la exposición de escultura más extraordinaria que hemos visto de José Sancho, en el Museo de Oro del Banco Central, la que nos dejó con esa sensación de orgullo y vanidad de la buena: ¡qué calidad!, ¡qué belleza!
Pero no para ahí. Se nos anuncia para el 2012, una exposición inédita de 60 esculturas, del premio Magón de Cultura, Néstor Zeledón, que a no dudar será otro éxito.
Las carteleras de cine nos ofrecen nuevas películas realizadas por costarricenses, como la de Hernán Jiménez, “El Regreso”. Y qué decir del teatro y la danza que nos ofrecen una variedad de presentaciones para todos los gustos y tamaños. Tenemos tres orquestas sinfónicas de lujo, acaba de concluir el festival de coreógrafos. Tuvimos, hace unos días, en Costa Rica a los mejores guitarristas del mundo.
Y qué decir de los/as pianistas y violinistas de todas las edades: jóvenes de calidad mundial. Tocan en las mejores salas del mundo. Los elogios internacionales para estos muchachos nos dejan un dulce sabor de boca. ¡Qué más podemos pedirle al sector cultura y a nuestros artistas! Podríamos pedirles muchas cosas, pero de momento, que nos cuenten el secreto.
Probablemente el sector cultura sea el más exitoso, en esta Costa Rica de la “cultura de la ‘platina’”. Resulta admirable que, en medio de las crisis financieras mundiales, sea el sector cultura el que continúa ofreciendo espectáculos, exposiciones, conciertos y festivales. Cada uno de estos eventos es de carácter multitudinario, porque desde hace muchos años nos tienen acostumbrados a sus éxitos.
En Costa Rica tenemos insertada la “cultura de la ‘platina’”, caracterizada por la imposibilidad de resolver adecuadamente un problema planteado, la incapacidad de hacer algo bien hecho, la negativa total a terminar aceptablemente bien cualquier obra arquitectónica, cualquier calle o carrera, contratado o realizado por nuestros funcionarios. Y no se diga construir bien un puente. Esa palabra está condenada a desaparecer de nuestro diccionario de costarriqueñismos.
Así tenemos un ‘platinón’ en la Asamblea Legislativa, una ‘platina’ en la Corte, una ‘platina’ en la Cancillería, una ‘platina’ en el MEP, una ‘platina’ en el MOPT. Pero lo extraordinario es que el sector cultura no tiene ‘platina’. Si no, veamos algunos logros recientes. Pensemos en este pequeño país, el éxito que significa llegar a la edición n.° 21 del Festival de Música Credomatic. Año a año, el festival nos trae los mejores solistas y grupos musicales del mundo.
Hace apenas dos meses se retiró la exposición de escultura más extraordinaria que hemos visto de José Sancho, en el Museo de Oro del Banco Central, la que nos dejó con esa sensación de orgullo y vanidad de la buena: ¡qué calidad!, ¡qué belleza!
Pero no para ahí. Se nos anuncia para el 2012, una exposición inédita de 60 esculturas, del premio Magón de Cultura, Néstor Zeledón, que a no dudar será otro éxito.
Las carteleras de cine nos ofrecen nuevas películas realizadas por costarricenses, como la de Hernán Jiménez, “El Regreso”. Y qué decir del teatro y la danza que nos ofrecen una variedad de presentaciones para todos los gustos y tamaños. Tenemos tres orquestas sinfónicas de lujo, acaba de concluir el festival de coreógrafos. Tuvimos, hace unos días, en Costa Rica a los mejores guitarristas del mundo.
Y qué decir de los/as pianistas y violinistas de todas las edades: jóvenes de calidad mundial. Tocan en las mejores salas del mundo. Los elogios internacionales para estos muchachos nos dejan un dulce sabor de boca. ¡Qué más podemos pedirle al sector cultura y a nuestros artistas! Podríamos pedirles muchas cosas, pero de momento, que nos cuenten el secreto.
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