lunes, 2 de enero de 2012

Comentario 1

Alternativa razonable y pacífica


Freddy Pacheco León
 
Pese al fallo de la Corte Internacional de Justicia ratificando el derecho perpetuo a la libre navegación de los costarricenses por el río San Juan, autoridades nicaragüenses insisten en obstaculizar el ejercicio pleno de ese derecho de parte de los habitantes ticos que usan el río para objeto de comercio y turismo. Ante ello, y como alternativa razonable y, muy importante, pacífica, el gobierno de Costa Rica tomó las previsiones legales que le permitieran construir una trocha, una carretera rústica, que conectara los caminos existentes en las fincas de propiedad privada y estatal de la zona. Claro que dicha trocha vendrá a aumentar el impacto ambiental que las actividades humanas provocan sobre el ecosistema de la zona, producto principalmente de las proyectos agrícolas y pecuarios que conllevaron una alta tasa de deforestación en muchas de las regiones por las que discurre la vía rústica.
Pero también es cierto que, como parte de cualquier proceso de desarrollo sostenible, habrá de colocarse en una balanza el impacto social y económico beneficiosos para, valorar la viabilidad de un proyecto, y es aquí donde para la mayoría de los ticos se trata de un proyecto positivo, incluso desde el punto de vista de la conflictiva geopolítica del área. Proyecto que no tiene como objetivo provocar degradación ambiental alguna y hacia el cual el gobierno de Costa Rica se vio motivado a realizar para contrarrestar las acciones indebidas del vecino al que parece no gustarle lo dispuesto en 1858 cuando, en un Tratado de límites, se dispuso que los costarricenses tenemos derecho a navegar el río San Juan de Nicaragua.
Proyecto que de paso, promoverá el desarrollo de pueblos que por años no han merecido la atención de los entes gubernamentales de Costa Rica. En ello descansa parte de la importancia que los ticos le damos a este urgente proyecto de comunicación vial.


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