— INUNDACIONES EN CALDERA —
Freddy Pacheco LeónCuando se construyó la carretera hacia Puerto Caldera, se despreció su efecto sobre los manglares de Mata de Limón, y se les condenó a muerte al modificar sustancialmente la comunicación natural entre ellos y el mar vecino.
Se construyó el puente, obligados por las circunstancias, pero la dinámica existente entre el estero y el área marina, se alteró para siempre. Además de la destrucción del entonces magnífico humedal, hoy se vive el efecto de su construcción por la acción potente de las mareas que no piden permiso para buscar su camino natural, aunque sea pasando sobre la carretera que jamás debió de haberse construido cual si fuere una barrera entre el océano y el manglar (La Nación, 5/8/12).
Como no se puede volver atrás en el tiempo, abogamos para que los profesionales del MOPT consideren las opciones que sean necesarias para mitigar el dañino efecto de esa mala decisión.
¿Elevar la carretera unos dos o tres metros en ese lugar?
¿Construir, complementariamente, un malecón?
No sabemos; lo que sí sabemos es que no basta con ver cada cierto tiempo, cómo decenas de familias sufren con ese desastre provocado por el hombre.
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