LOS INCINERADORES AERÓBICOS que funcionan a temperaturas menores a los 500 ºC y que constituyen una ¡promesa sin evaluar! contenida en el Plan de Gobierno de Johnny Araya, producen compuestos químicos orgánicos persistentes que podrían llevar dolor a las comunidades.
Junto a colegas alcaldes liberacionistas unidos en una federación, Araya propone construir en varios cantones incineradores para quemar basura, desdeñando que los mismos producirían DIOXINAS y FURANOS, reconocidos como causantes de cáncer, enfermedades inmunológicas, trastornos hormonales, diabetes y malformaciones congénitas. Ello con el pretexto de que constituyen un negocio que permitiría vender la energía que se produciría… a costa de la salud de los habitantes.
Como parece desconocer sus efectos, sería bueno que alguien le informara y explicara al candidato de gobierno, que más de 150 países ya se han manifestado por medio del Convenio de Estocolmo contra esos contaminantes fatales y que en muchos ya están siendo prohibidos… aunque fueren un supuesto “buen negocio”.
OTRA razón más para votar contra Araya y su partido oficialista.
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