Edwin Carballo Miranda (Totico)
(1923-2012)
Armando Argüello
Escultor herediano
Nació en Heredia en una humilde casita situada de la
esquina suroeste 75 metros al oeste, el 22 de octubre de 1923.
Cuando tenía tres años de edad, sus padres se trasladaron a
vivir con él a Palmares de Alajuela, donde a los cinco años de edad, empezó a
cantar a dúo con su hermana Elena (†). Ingresó a la escuela primaria de la
localidad, donde cantaba en los actos cívicos escolares, en los que era muy
aplaudido por niños y adultos. Allí permaneció hasta el quinto grado; debido a
la muerte de su padre, su familia regresó con él a Heredia. la Cursó el quinto
grado en la Escuela República Argentina.
Su familia quería que Edwin se hiciera sacerdote, razón por
la cual estudió un año y medio en el Colegio Salesiano de Cartago.
Desde joven trabajó en el Mercado Municipal comerciando con
granos, sin dejar de lado el canto, dedicándose incondicionalmente a cantar en
actos cívicos, religiosos y serenatas.
Recuerda que desde 1971 cantó arias de La Dolorosa en la
procesión de la tarde del Viernes Santo. Formó parte de Los Caballeros del
Santo Sepulcro hasta 1990, año en que fue intervenido quirúrgicamente de
nódulos en la garganta, operación que dolorosamente quebró su privilegiada voz;
aún así continuó cantando hasta los 69 años y dejó definitivamente este arte en
1998.
En el año de 1962 actuó en un concierto en el Teatro
Nacional, donde fue muy ovacionado.
Se presentó en actos cívicos en el Colegio Metodista; en
graduaciones en el Colegio de Señoritas; en la antigua Escuela Normal Superior;
en la Sala Magna del Liceo de Heredia; en el Liceo Samuel Sáenz Flores cantó
acompañado por el Profesor Ricardo Sáenz Camacho, allí lo galardonaron con dos
placas en el Ier. Festival de las Artes
El día de la patrona Virgen de La Inmaculada Concepción (8
de diciembre) iba como invitado
especial a los actos acompañado por La Banda Municipal de Heredia bajo la
dirección del conocido Maestro César Augusto Hernández, y algunas por la Banda
Municipal de Alajuela.
En una ocasión se encontraba cantando en una misa en la
iglesia de San Rafael de Heredia, donde se encontraba presente el entonces
presidente de la república Don Otilio Ulate Blanco, quien al escuchar su
extraordinaria voz, ofreció ayudarlo para que estudiara canto en Italia. Sin
embargo, el destino le jugó una mala pasada, su madre enfermó y tres meses
después falleció, truncando dicha posibilidad.
Don Edwin perteneció a la Heredia donde germinaron ilustres
personajes tales como: Amando Céspedes (precursor de la radio en Costa Rica);
los escultores Juan Rafael Chacón, Wenceslao Argüello, Víctor Bermúdez entre
otros artistas, educadores y personas muy respetables.
Cuando tenía 24 años de edad recibió clases de canto con el
Maestro Claudio Brenes.
En la expresión de la música “popular”, junto a Gonzalo Arce en la guitarra y
Domingo Rigioni al acordeón, deleitaron los oídos de las bellas señoritas con
sus serenatas donde interpretaron piezas como “Peregrino de amor”, “Flores
negras”, y otras más.
Cantó a dúo con Elmer Campos, Gilberth Villalobos, Manuel
Lépiz y con Hilda González de Murillo en la Iglesia del Carmen, también
compartió su canto con un personaje a quien la gente llamaba “Palermo”, de
quién se dice, cantaba muy similar a Carlos Gardel.
Entre las melodías de música clásica de su agrado están
“Granada”, “Oh sole mio”, el Ave María del compositor francés Charles Gounod
(1.818-1.893), “Agnus Déi”.
Para Edwin, el mejor cantante de todos los tiempos, fue el
tenor dramático italiano Enrico Caruso (1873—1921).
El 22 de
noviembre del 2009, la Municipalidad de Heredia, le rindió un merecido homenaje
por su talento en el campo del canto clásico.
“El tenor de la Ciudad de las Flores”, estuvo casado con
Doña María Asunción Agüero (†) con quién procreó una hija. Falleció el pasado
11 de enero del 2012.
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