YO hoy tampoco tengo ganas de callar.
Recientemente Erick Bogarín, expresó en un programa radial, las condiciones o requisitos que exige cumplir el SENASA, para poder autorizar un desfile de boyeros, aunque sea de cinco carretas. Transporte, alimentación, hidratación, carga, recorrido, entre otros.
Basado en esa información, yo pregunto:
• ¿Autoriza el SENASA la utilización de la "burrita" en las procesiones?
• Sabrán sobre las condiciones de estrés a las que es sometida, así como a la exposición a los inclementes rayos del sol, que caen a esas horas.
¡Y todo por cumplir con la tradición!
¡No me puedo callar!
¿Para qué postear fotos "corrongas" de la procesión, iguales a todos los años?... No Señores, observen estas. ¿A ver que dicen los defensores de los animales?
• ¿Autoriza el SENASA la utilización de la "burrita" en las procesiones?
• Sabrán sobre las condiciones de estrés a las que es sometida, así como a la exposición a los inclementes rayos del sol, que caen a esas horas.
¡Y todo por cumplir con la tradición!
¡No me puedo callar!
¿Para qué postear fotos "corrongas" de la procesión, iguales a todos los años?... No Señores, observen estas. ¿A ver que dicen los defensores de los animales?
Llama la atención el silencio que se percibe por parte de quienes visitan a diario su blog Edu. ¿Será que el dolor o el miedo de una "burrita" no conmueve nisiquiera la persona más pía que participa de las procesiones? ¿No es la burrita tambien creación de Dios,por consiguiente digna de respeto? ¿Cómo pedirle a un animalito "buen comportamiento" entre la multitud cuando pasa la mayoria se su vida en solitario, atado, y con muy poco contacto con los humanos? Lo felicito Edu por esta nota, por su valentia en llamarnos la atención respecto al trato que merecen los animales. Entiéndase,no es que estoy en desacuerdo con lucir a un animalito en tan bella procesión; pero al menor los señores de la organización deberian de limitar que la muchedumbre se acerque tanto a la "burrita" hasta que ésta entre en crisis. Ya bastante tiene que soportar el ruido, el calor, las miradas, el arriero y el peso a sus espaldas.
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