lunes, 29 de julio de 2013

Linda historia

Hola Edú.
"Monchito" fue una persona muy allegada a nuestros tíos de San Roque, durante mi juventud. Aproveché una foto que publicaste para enviarle a nuestros familiares, un comentario sobre este simpático personaje.
Rodrigo Víquez.

“MONCHITO”
Son las 5:30 am de un día de enero de 1941. Los primeros rayos del sol bañan los plantíos de la finca de San Roque, donde el rubor de los frutos de la cosecha cafetalera contrasta con el amarillo de los naranjales. Pareciera que quieren emular la bandera del glorioso equipo Herediano, club deportivo que tan sonadas victorias ha conquistado en los últimos tiempos, llevándolo a ser el “equipo de moda” en el país y el terror de sus modestos rivales del campeonato (¡Que lo diga el Cartaginés!).
Volviendo a nuestra historia, el despuntar de esa bella aurora estival se ve súbitamente interrumpido por el mugido de una vaca y su ternero que “Monchito” ha arreado desde el potrero interior, a fin de iniciar el ordeño matutino. Esta es la fuente de leche que abastece a la numerosa prole de la finca. La cosecha cafetalera está en su apogeo y yo (8 años) estoy pasando unas vacaciones en San Roque, acompañado por la tía Hilda (16 años), que aprovecha esta feliz coyuntura para vacacionar y ganarse algunos “cinquillos” extra, que le ayudarán en sus gastos personales.
“Monchito” fue un personaje multifacético en la finca de San Roque. Era un valioso edecán que formó parte importante de las memorias de esta familia. En la cotidianidad de la finca todos los días venía a pie a Heredia, cargando unas alforjas de cuero que le permitían transportar la “mantención” que Nono enviaba desde su pulpería, para sus hermanos y hermanas de San Roque. Era un campesino muy humilde, descalzo y de un carácter bonachón. Hacía el ordeño, picaba leña, limpiaba la casa, molía el maíz para las tortillas y realizaba otros menesteres propios de una populosa casa de campo. Era la mano derecha de la tía Marta a la hora de colocar los encerados y las figuras del enorme portal que ocupaba toda la sala.
Pese a desconocer el origen de “Monchito”, es plausible suponer que su llegada a la finca está ligada con la relación sentimental que el tío Isaac, como buen Víquez que era, mantuvo con una hermana de “Monchito”, de nombre Rafaela Espinoza Villegas. Con ella procreó dos hijas y un varón que se llaman, en orden de edad, Dora, Wenceslao y Flor de María, los tres Espinoza Villegas. No llevan el apellido Víquez pero son nuestros primos hermanos. Wenceslao vive en María Auxiliadora y las dos mujeres por el cementerio de Heredia. Son gente de una amabilidad exquisita, que en nada resienten esa condición mal llamada de “hijos naturales”.
¡Felicidades!
Tío Rigo

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