viernes, 2 de septiembre de 2016

Comentario

Dr. Freddy Pacheco León

 "…CUBA, CUBA, MI PATRIA QUERIDA, VERGEL bello de aromas y flores, cuyo cielo de puros colores, densa bruma jamás ocultó; yo en tu suelo nací venturoso, tú abrigaste mi cándida infancia, y por eso mi eterna constancia adorarte por siempre juró...”
¿Verdad que suena conocido? ¡Claro!, sí, son parte de los versos escritos en 1852 por el escritor y patriota cubano Pedro Santacilia (poema "A un ruiseñor") que unos 14 años después, con música de ese gran costarricense, Manuel María Gutiérrez, pasaron en parte a formar parte de "La Patriótica Costarricense".
Gracias a su acuciosidad y a una cuidadosa investigación del periodista Armando Vargas Araya (La Nación del 27 de junio de 1999) hoy tenemos certeza de quién es el autor de nuestra "Patriótica"; un cubano hijo de español, periodista, maestro, poeta e historiador, quien al ser expulsado de la isla de Cuba, vivió en Estados Unidos y en México, donde fue diputado nacional siete veces. Como parte de su interesante vida, se casó con la hija del Prócer Benito Juárez, de quien fue su secretario particular. "Mi querido hijo Santa" decía de él.
"A la sombra nací de tu palma…", "Tu sabana corrí siendo niño…", "Yo no envidio los goces de Europa", dice parte del poema de Santacilia, inmortalizado gracias a la música del autor del Himno Nacional quien, hemos de aclarar, jamás reclamó su autoría. Párrafos que, al ser analizados, poco o nada tienen que ver con la realidad costarricense, pero sí con la Cuba de las palmas, las sabanas y el rencor contra los colonialistas europeos de entonces.
¡Qué forma más bella de unir a dos pueblos hermanos! ¿Podría pensarse en una mayor muestra de fusión cultural? Cuba y Costa Rica unidas por la labor creativa de dos hombres inmensos, Gutiérrez y Santacilia, que sin vaticinar el destino, pusieron a cantar emotivamente a un pueblo. A un pueblo que sin preguntarse innecesariamente de dónde proviene la música y letra de "su himno más querido", hizo suyo un poema grande en su sencillez, como los que nos dejaran también Jorge Debravo e Isaac Felipe Azofeifa.
Así fue también la profunda amistad entre José Martí y Joaquín García Monge, Magón y Maceo. ¡Cuán grandes esos hombres! enlazados por las ansias de libertad que florecían en sus espíritus superiores, cual si también fueren parte de otra "Patriótica" abonada por el poder creativo de dos pueblos hermanos que, por poses egoístas producto de eso que llaman "geopolítica", han visto cómo se les pretende alejar cual si fuere ello posible.
Ahora tenemos algo más de qué emocionarnos cuando cantamos "La Patriótica", símbolo del amor a dos tierras unidas por la historia y una herencia cultural compartida.
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Publicado en La Prensa Libre en el año 2009

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